SEXUALIDAD – Un tema que nos inquieta a cualquier edad
Por Bibian Urbina
Prof. Instituto Formación Docente
Prof. en el Seminario – Taller de Educación Sexual
Si hablamos de sexualidad, la sola palabra nos dice algo así como, que llego un "tsunami", es decir, nos inmoviliza en todas las edades:
- al niño, porque saben que es una palabra que encierra algo misterioso, oculto que no lo definen muy bien los adultos cuando hablan con ellos.
- al joven, porque tiene que ver con sus hormonas que están en ebullición, conocen del tema pero siempre tiene algo más por descubrir.
-a los adultos, les genera incertidumbre, porque quieren hablarlo con sus hijos pero sus propios tabúes se lo impiden y no saben cómo llegar a los chicos y jóvenes.
Debemos tener claro que ante cualquier pregunta de un chico/a debo conversarlo, explicarles lo que preguntan con naturalidad sin hacerlo más grande ni misterioso, al niño pequeño con responderle lo justo ya quedan conformes y sacian su inquietud, hasta que les surja una nueva pregunta y si ésta es disipada, ese niño no encontrará misterio y será un tema como cualquier otro.
Lo que involucra la Sexualidad
Al definir el término “Sexualidad” - según la Organización Mundial de la Salud – nos encontramos con que “es un aspecto central del ser humano presente a lo largo de su vida. Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, la orientación sexual, el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción”.
La misma se vivencia y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales. El término puede incluir todas estas dimensiones, no obstante, no todas ellas se vivencian o se expresan siempre.
La sexualidad está influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales.
Un desafío que debemos asumir
Cuando expresamos que está influenciada por factores construidos socialmente como nuestros conocimientos, actitudes, es porque es moldeada por instituciones como la familia y las religiones. A pesar de los cambios que se observan en las familias latinoamericanas y los efectos negativos que puedan tener sobre la sexualidad de sus miembros, las familias siguen siendo las redes principales de seguridad y son percibidas como un valor fundamental por las y los jóvenes. La pobreza se liga a la sexualidad de modos diferentes, una de ellas las prácticas sexuales de explotación sólo para intentar resolver sus situaciones económicas.
Por Bibian Urbina
Prof. Instituto Formación Docente
Prof. en el Seminario – Taller de Educación Sexual
Si hablamos de sexualidad, la sola palabra nos dice algo así como, que llego un "tsunami", es decir, nos inmoviliza en todas las edades:
- al niño, porque saben que es una palabra que encierra algo misterioso, oculto que no lo definen muy bien los adultos cuando hablan con ellos.
- al joven, porque tiene que ver con sus hormonas que están en ebullición, conocen del tema pero siempre tiene algo más por descubrir.
-a los adultos, les genera incertidumbre, porque quieren hablarlo con sus hijos pero sus propios tabúes se lo impiden y no saben cómo llegar a los chicos y jóvenes.
Debemos tener claro que ante cualquier pregunta de un chico/a debo conversarlo, explicarles lo que preguntan con naturalidad sin hacerlo más grande ni misterioso, al niño pequeño con responderle lo justo ya quedan conformes y sacian su inquietud, hasta que les surja una nueva pregunta y si ésta es disipada, ese niño no encontrará misterio y será un tema como cualquier otro.
Lo que involucra la Sexualidad
Al definir el término “Sexualidad” - según la Organización Mundial de la Salud – nos encontramos con que “es un aspecto central del ser humano presente a lo largo de su vida. Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, la orientación sexual, el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción”.
La misma se vivencia y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales. El término puede incluir todas estas dimensiones, no obstante, no todas ellas se vivencian o se expresan siempre.
La sexualidad está influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales.
Un desafío que debemos asumir
Cuando expresamos que está influenciada por factores construidos socialmente como nuestros conocimientos, actitudes, es porque es moldeada por instituciones como la familia y las religiones. A pesar de los cambios que se observan en las familias latinoamericanas y los efectos negativos que puedan tener sobre la sexualidad de sus miembros, las familias siguen siendo las redes principales de seguridad y son percibidas como un valor fundamental por las y los jóvenes. La pobreza se liga a la sexualidad de modos diferentes, una de ellas las prácticas sexuales de explotación sólo para intentar resolver sus situaciones económicas.
Es una dimensión constitutiva de los seres humanos, integradora de la personalidad y en estrecha conexión con la vida afectiva, emocional y familiar de las personas y se proyecta en el ámbito social en que está inmersa. Hoy día debemos recordar que quién educa más es la TV, debemos asumirlo, pero también asumir la responsabilidad de intervenir aún con la vacilación si lo que estamos haciendo, está bien, pero es un desafío que debemos apropiarnos, es la era del pensamiento crítico, la incertidumbre, lo nuevo, lo inesperado, pero todo adulto puede acompañar, contener y encauzar al niño/a y joven en su formación.
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