Dos caras muy auténticas
En el escenario con su personaje de cuplé en “Ceda el Paso”.El año pasado fue libretista y personaje del año en “Hijos de Momo”, en su estreno en una murga. En 2010 se incorporó a “Ceda el Paso” y volvió a sobresalir su participación en un cuplé. En el escenario es una ráfaga de canto, movimientos, y actuación, con una naturalidad que sorprende, y en el mano a mano es tranquilo, pausado, humilde, pero jugado por sus pasiones. Los invitamos a conocerlo.
Santiago tiene actualmente 32 años, vive junto a su pareja, Alejandra y su pequeña hija de sólo un año y medio. Vive feliz en Melo, disfrutando las oportunidades que su pago le ha ofrecido en su regreso y mirando sin grandes proyectos el futuro, construyéndolo paso a paso.
Igual no siempre fueron así las cosas; hijo de un padre vinculado a los trabajos de campo y a una madre maestra, era muy aplicado al estudio y cuando llegó el momento de migrar a Montevideo a continuar sus estudios, costó elegir el camino: “lo que pasa es que realmente sos muy gurí para darte cuenta y muchas veces te terminás equivocando. Me informé de lo que había para estudiar - que a mediados de los '90 era mucho menos que ahora - y por descarte, en aquel momento me decidí a estudiar Derecho, la clásica - risas -. Estuve en año en eso y me di cuenta que no era lo mío. Busqué un poco más y opté por dos: la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación - y el Profesorado de Literatura, en el IPA. Luego, trabajando, tuve que optar por una y dejé esta última, por más que me gustaba mucho y era un campo laboral más seguro”.
Santiago tiene actualmente 32 años, vive junto a su pareja, Alejandra y su pequeña hija de sólo un año y medio. Vive feliz en Melo, disfrutando las oportunidades que su pago le ha ofrecido en su regreso y mirando sin grandes proyectos el futuro, construyéndolo paso a paso.
Igual no siempre fueron así las cosas; hijo de un padre vinculado a los trabajos de campo y a una madre maestra, era muy aplicado al estudio y cuando llegó el momento de migrar a Montevideo a continuar sus estudios, costó elegir el camino: “lo que pasa es que realmente sos muy gurí para darte cuenta y muchas veces te terminás equivocando. Me informé de lo que había para estudiar - que a mediados de los '90 era mucho menos que ahora - y por descarte, en aquel momento me decidí a estudiar Derecho, la clásica - risas -. Estuve en año en eso y me di cuenta que no era lo mío. Busqué un poco más y opté por dos: la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación - y el Profesorado de Literatura, en el IPA. Luego, trabajando, tuve que optar por una y dejé esta última, por más que me gustaba mucho y era un campo laboral más seguro”.
Santiago en casa, con Josefina en brazos.El llamado del trabajo social y en Melo
A mediados de 2005 se recibe como Licenciado, luego de muchos avatares, dado que no se había dedicado por entero al estudio, ni tampoco había buscado ya involucrarse al mundo de los medios, más bien trabajando en otros rubros, para solventar sus gastos: “·ya antes de finalizar los estudios tenía claro venirme para Melo, porque no me gustaba Montevideo, más allá de manejarme sin problemas allá, y más que nada en la búsqueda de la tranquilidad de acá, la familia, etc. Así fue que nos vinimos con Alejandra, mi compañera. (…) En medios no trabajé, estuve cerca de trabajar en uno de acá, pero al final no se dieron las condiciones, por diversos motivos... este es un medio un poco cerrado en sí. Empecé a interesarme por otras cosas, ya tenía en mente el campo de lo social y por suerte, pude tener la oportunidad de trabajar en Picapiedras - la obra social de los Salesianos en el barrio Feder -, a inicios de 2005, en donde estuve hasta fines del año pasado. En aquel momento el encargado era el P. Leo - Burone -, que me recibió muy bien y estuve contentísimo de trabajar ahí, fue una experiencia lindísima, dado que realmente quería trabajar en un lugar así, en un centro juvenil. Allí me tocó hacer talleres de expresión, de comunicación con los gurises, hicimos una revistita con ellos, durante dos años, que estuvo muy bueno; luego me tocó hacer un poco de teatro con los gurises, trabajar en lo recreativo y colaborar en el apoyo educativo, en la ayuda que se les da en sus estudios en el liceo o la UTU. También junto a la psicóloga y la asistente social visitábamos sus casas, manteniendo el contacto con las familias, que es fundamental”.
La murga y la formación teatral
El caso de Benítez es el típico del joven del interior al que estando en sus pagos no le llama mucho la atención el mundo de la murga, pero que ya estando en la capital lo conoce de cerca y se maravilla con él: “la murga antes no me gustaba mucho, pero luego, estando en Montevideo, yendo a los tablados, viendo esos espectáculos de calidad, fue algo que me encantó, y también tuve la oportunidad de ir a algún par de ensayos, pero nunca me metí en la cosa. (...) En Montevideo ya había hecho algo de teatro, había estado participando en un grupo de un taller de la Intendencia, donde a fin de año participamos en una obra que estuvo muy linda, lamentablemente después por razones de tiempo no pude continuar. A mi me gustaban muchas cosas y a veces no te da el día para todo, sobretodo cuando tenés que trabajar”.
A mediados de 2005 se recibe como Licenciado, luego de muchos avatares, dado que no se había dedicado por entero al estudio, ni tampoco había buscado ya involucrarse al mundo de los medios, más bien trabajando en otros rubros, para solventar sus gastos: “·ya antes de finalizar los estudios tenía claro venirme para Melo, porque no me gustaba Montevideo, más allá de manejarme sin problemas allá, y más que nada en la búsqueda de la tranquilidad de acá, la familia, etc. Así fue que nos vinimos con Alejandra, mi compañera. (…) En medios no trabajé, estuve cerca de trabajar en uno de acá, pero al final no se dieron las condiciones, por diversos motivos... este es un medio un poco cerrado en sí. Empecé a interesarme por otras cosas, ya tenía en mente el campo de lo social y por suerte, pude tener la oportunidad de trabajar en Picapiedras - la obra social de los Salesianos en el barrio Feder -, a inicios de 2005, en donde estuve hasta fines del año pasado. En aquel momento el encargado era el P. Leo - Burone -, que me recibió muy bien y estuve contentísimo de trabajar ahí, fue una experiencia lindísima, dado que realmente quería trabajar en un lugar así, en un centro juvenil. Allí me tocó hacer talleres de expresión, de comunicación con los gurises, hicimos una revistita con ellos, durante dos años, que estuvo muy bueno; luego me tocó hacer un poco de teatro con los gurises, trabajar en lo recreativo y colaborar en el apoyo educativo, en la ayuda que se les da en sus estudios en el liceo o la UTU. También junto a la psicóloga y la asistente social visitábamos sus casas, manteniendo el contacto con las familias, que es fundamental”.
La murga y la formación teatral
El caso de Benítez es el típico del joven del interior al que estando en sus pagos no le llama mucho la atención el mundo de la murga, pero que ya estando en la capital lo conoce de cerca y se maravilla con él: “la murga antes no me gustaba mucho, pero luego, estando en Montevideo, yendo a los tablados, viendo esos espectáculos de calidad, fue algo que me encantó, y también tuve la oportunidad de ir a algún par de ensayos, pero nunca me metí en la cosa. (...) En Montevideo ya había hecho algo de teatro, había estado participando en un grupo de un taller de la Intendencia, donde a fin de año participamos en una obra que estuvo muy linda, lamentablemente después por razones de tiempo no pude continuar. A mi me gustaban muchas cosas y a veces no te da el día para todo, sobretodo cuando tenés que trabajar”.
Santiago con sus compañeros de murga en pleno desfile. El llamado de “Hijos de Momo”
Habiéndose formado en la capital en teatro, trabajando este aspecto con los gurises de Picapiedras y con el corazón aún encantado por las murgas que disfrutaba en los tablados de la capital no desaprovechó la oportunidad que se le presentó en 2008: “me invitaron de 'Hijos de Momo' para acercarme para el Carnaval 2009 y pude hacer algo de murga, en una muy linda experiencia que tuvimos. Además tuve la oportunidad de escribir para la murga, una oportunidad linda en mi primer año, donde ayudé también en la puesta en escena y actuando en el cuplé de la murga. Salí mejor personaje del carnaval el año pasado y por suerte este año también, la verdad es que está bueno, en dos años que he salido es una gran alegría.(…) El primer año con 'Hijos de Momo' los disfruté muchísimo, no me ponía a pensar si teníamos que salir a ganar o no, porque me encanta esa posibilidad de desde el escenario provocarle algo a la gente, ya sea risa o alguna reflexión. No me puse mal por perder con 'La Fulana', hay gente que se enoja, que lo toma mal y hay otros que lo disfrutan más, como es mi caso”.
El trabajo profesional de “Ceda el Paso”
Con un debut prometedor y con el alma llena de murga Santiago desde mediados de 2009 comenzó a prepararse en la puesta a punto de una nueva murga para el Carnaval de Melo, “Ceda el Paso”, la cual sorprendió con, por ejemplo, una gran puesta en escena, y un trabajo de voces muy profesional, logrado con integrantes que no eran cantores ni mucho menos: “eso se logra con mucho trabajo y con gente que sabe, porque realmente con el director que teníamos, el 'Petiso' - Ignacio – Torena. Fue ahí que muchos de nosotros aprendimos a cantar, entonces el resultado es muy bueno, más que nada si se tiene en cuenta que muchos no tuvieron tanto ensayo porque se sumaron en setiembre u octubre. (...) Tuvimos que ser lo más profesionales posible, si no pensás en profesional no lo lográs. (…) En lo que refiere a lo que es hacer un personaje, este año tuve más trabajo en cuanto al ensayo, perfeccionando más algunas cosas. Quizás en el 2009 lo hice sin tanto esfuerzo, pero sobre el escenario en lo personal no hubo mucho cambio porque es algo que disfruto hacer”.
De gira con la murga
Junto a esta murga, además de ganar en el Carnaval de Melo, nuestro entrevistado pudo participar en el Concurso de Murgas de San José – donde culminaron 8os, entre 18 que superaron la prueba de admisión – y en el de San Carlos – 5os entre 15 murgas -, dos de las plazas más importantes del país, luego claro que de Montevideo:”fue lindísimo, porque realmente mirabas algunas murgas que tenían muy buen nivel. Aparte, ya el hecho de viajar con un grupo que está pensando en la misma cosa, es bárbaro, porque hay un buen ambiente. Después las horas de la previa, que forman parte del ritual de la actuación y bueno, estar compartiendo también con gente de otros lugares, un ambiente lindísimo, todo muy bien organizado, sabiendo que estás en certámenes tan importantes”.
Sobre el reconocimiento a su labor en el escenario, por el que ha sido distinguido en dos oportunidades en Melo, también hizo referencia: “en San José, apenas nos bajamos, ya vino un periodista a hacerme una nota, gente que pasaba y te felicitaba por la actuación, eso uno lo valora mucho. Después comentarios que uno escucha, por aquí y por allá, que le dan a uno para adelante, eso te reconforta mucho”.
Se baja de las murgas… por ahora
Pasados los ensayos y actuaciones del Carnaval, Santiago se encuentra ahora más tranquilo, dedicado más que nunca al cuidado de Josefina, y dejando guardados en un cajón – por ahora -, sus personajes de Carnaval: “este año pienso estar más tranquilo, seguiré con mi trabajo en INAU; (…) En el momento no estoy pensando en salir nuevamente en murgas. Es algo que te quita mucho tiempo de estar con tu familia, es muy sacrificado, porque llega un momento que tenés ensayo todas las noches, varias horas, porque tiene que salir bien lo que se quiere hacer. Después pensaré en algo relacionado a lo artístico, algo más personal, que no dependa tanto de lo grupal, que es más complicado”.
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