La voz del interior profundo: Aspectos de la educación

Por el Prof. Marcos Hernández Desplast

Las escuelas rurales y sus dificultades.

Ante el inicio de un nuevo año lectivo, aprovecharemos la oportunidad para hacer referencia a dos temas que tienen que ver con la educación en el interior profundo.

En primera instancia quiero hacer alusión al trabajo que pasan la mayoría de las maestras y los maestros rurales para poder llevar adelante la sagrada misión para la que se formaron.
Estos verdaderos adalides de la educación, deben recorrer decenas de kilómetros de caminos en condiciones calamitosas, en los que muchas veces hasta en moto se hace difícil de transitar.

Conozco varios casos de maestras que al llegar a las escuelitas rurales dispuestas a dar todo de sí en el desempeño de su tarea, la de ensañar, se encontrado con la dura realidad de una escuela que no solo no tiene luz eléctrica (hecho corriente en la campaña), sino que el panel solar está roto y que la bomba del pozo de agua no funciona; y que la heladera a gas está descompuesta; y que la escuela no tiene teléfono, además de que se llueve. Entonces estas maestras, que en algunos casos deben dictar clases en ocho niveles a la vez, también han debido ingeniárselas para solucionar estos y muchos otros problemas vinculados a la rutina de la escuela rural.

No todas las escuelitas de la campaña tienen estos problemas, pero varias, créanme que sí. Y créanme también que en 2010, pleno siglo XXI, alguna maestra ha tenido que llegar a caballo a la escuela, porque de otra manera le sería imposible.
Con lo expuesto no pretendo realizar una crítica a nada ni a nadie, desde siempre las reglas de juego han sido así y las maestras, verdaderos referentes comunitarios, lo tienen asumido y lo toman como desafíos a superar en el desarrollo de su profesión. Pero sí pretendo con estas líneas, remarcar lo importante que son las maestras rurales y recordar el trabajo que pasan.

El otro tema al que me refería al principio, tiene que ver con una grata realidad tanto para los habitantes de Fraile Muerto, como para los de una vasta zona del interior de nuestro departamento, como sin duda lo es el Ciclo Básico Agrario en Régimen de Alternancia que ha comenzado a funcionar en la Escuela Técnica de Fraile Muerto.

Los habitantes de esta zona hace muchos años que esperábamos este hecho que finalmente se concretó. En mi caso, y supongo que en el de muchas otras personas, me costaba mucho entender como contando la Escuela Técnica con un campo de 193 hectáreas con un elevado índice de coneat y surcado por el arroyo Fraile Muerto, que cuenta además con casco de estancia, instalaciones para tambo, así como bosques naturales y artificiales, además de estar ubicado frente a la Escuela, no se le diese ningún fin didáctico de esta magnitud (si bien en los dos últimos años se desarrolló un curso vinculado a la producción agropecuaria).

Creo importante señalar que debido a las características de este campo, de su explotación se puede producir buena parte de la alimentación para el internado de la Escuela Técnica, como ya se hizo en otras oportunidades.
Mis sinceras felicitaciones y agradecimiento a quienes la pelearon para concretar este logro tan anhelado, que esperemos sea el primero de muchos que posibiliten que nuestra querida Escuela Técnica recobre su antigua significación.