EDICIONES ANTERIORES DE "PROPUESTAS"

24 de febrero de 2010

Mano a mano con el Gaucho Gómez, a sus 100 años

ENTREVISTA – “¿A cuántos encuentra así, de mi edad?”

El pasado 7 de enero no fue un día más en la extensa vida de Gaucho Gómez Barreto, que se dio el gusto de festejar a lo grande, con familiares y amigos su centenario de vida. “Propuestas” tuvo el gusto de compartir una tarde de charla con alguien muy popular tanto en Melo, como en la campaña, que se encuentra en un estado impecable – tanto que dejó de cabalgar recién hace un año – y derrochando sabiduría para quienes lo rodean y sepan aprovecharla.


Una familia de larga duración
Nacido en 1910, en Cruz de Piedra - 5ª sección - es uno de los 6 hijos del matrimonio entre Pablo Gómez y Francisca Barreto. Su padre falleció a los 105 años, lo que avala que la longevidad en este caso es hereditaria. Sus 5 hermanas fueron Sara, Isabel, Cristina y Exaltación (todas mayores que él, murieron en su mayoría con más de 90 años; Sara, la última murió con 97 años, habiendo tenido 14 hijos).
Transcurrió su vida en la Estancia San Pablo, de Cruz de Piedra, a 32 kms. de Melo. Se casó a los 30 años de edad, con Paula Peluffo, quien falleció en setiembre de 1991, luego de 51 años de casados.
Hoy Gaucho – es nombre no apodo, vale aclarar – tiene 5 hijos, 11 nietos y 8 bisnietos, y vive en Melo desde julio de 2006. El resto de la historia dejemos que la cuente él, no?

¿Qué hacían sus padres?

Mi padre era un gaucho que vivía en campaña, siempre en el campo, siempre en Cruz de Piedra, porque allí era la herencia de la tatarabuela de él, Ana María de Oliveira. Y mi madre lo acompañaba en el campo.

¿Adonde fue a la escuela?
Fui a la escuela de la Cuchilla de Melo, yo iba a caballo, es como quien va a San Diego; fui dos años a la escuela y en dos años, gracias a Dios, aprendí todo: leer, escribir, multiplicar, sumar, dividir, porque la maestra que teníamos era muy buena, como son las de ahora. Era Juliana Benítez de Cuña.

¿Hizo sólo dos años porque se dedicó a trabajar en el campo?
Sí, si, me dediqué a trabajar; en aquel tiempo no era como ahora, había dificultades. La escuela estaba lejos y había que ir a caballo... ahora todo está a mano. Yo trabajé en el campo toda la vida, desde chiquito, porque mi padre me crió trabajando en el campo.

Y como era el único hijo varón tenía más trabajo
Sí, hacía casi todo, mi padre me enseñó todo, a echar las vacas para la manguera, ordeñaba, echaba caballos, camperiaba y todo.

¿Tenía algunos buenos bailes en campaña para ir en ese entonces?
Habían sí, porque a veces había dos días de carreras y en la noche se hacía baile... unos bailes hermosos, en campaña - risas -.

¿Cómo eran las "chinas" de aquel entonces?
Bueno... como las de ahora - risas -... eran lindas.

¿Y accesibles o muy difíciles?
No, era diferente de ahora, la mano era más delicada, más llena de cosas - risas -

¿Había que hacer de todo para conquistarlas?
Sí... ahora no, la vida es diferente.

¿A su señora cuando la conoció?
Cuando yo tenía 29 años... me casé con 30. Su padre vivía en Mangrullo, Alejandro Peluffo. Ella se llamaba Paula Peluffo. Ella iba allá - a la estancia - porque era sobrina de mi madrastra, porque mi padre más tarde se casó de nuevo. Ella venía a pasear y ahí entramos en relación.

¿Los hijos llegaron enseguida o al poco tiempo?
No, enseguida que nos casamos nació el primero, Pablo. Son 5 hermanos, 3 varones y 2 mujeres. Los otros son María, Alejandro, Francisco, y Miriam.

¿Cuánto tiempo tuvo a sus hijos en el campo?
Estuvieron conmigo hasta que tuvieron edad de venirse a aprender en Melo. Leer, escribir e ir al liceo. Al colegio de Hermanas fueron las mujeres - María Auxiliadora - y los dos hijos menores fueron al Liceo de los Curas - el Salesiano -.

¿Qué es lo que más recuerda de su juventud en Cruz de Piedra?
Mi juventud... la pasé trabajando - risas -. Trabajé bastante para conservar lo que tenemos.

¿Es de los que cree que todo tiempo pasado fue mejor?
Bueno, yo he vivido muy bien hasta ahora y estoy muy bien hasta ahora... porque no tengo enemigos, soy amigo de todo el mundo, gracias a Dios... respeto para que me respeten.

¿Se acuerda mucho de cosas del pasado, tiene mucha nostalgia?
No, eso no porque yo trabajaba mucho, me dedicaba más a la lucha del trabajo y a sacarle rendimiento a eso.

¿Y cuando comenzó a aflojarle, para que trabajaran más los hijos?
Ahora, bien viejo. Yo hasta hace poco trabajaba, hace poco que paré.

¿Pudo conocer otros lugares, viajar?
Sí, viajé en su momento a Bagé, a Vergara; a Montevideo fui de joven, porque tenía un amigo que llevaba ganado para La Tablada y con él conocí Montevideo. Yo tendría unos 20 años.

¿Y qué le pareció?
Y... era otro mundo - risas -. Ahora es diferente.

¿Qué le resultaba más llamativo?
Salir de noche a pasear con mi amigo - risas -, por la Ciudad Vieja. Se veían muchas cosas buenas - risas -.

¿Y le gustaba o no Montevideo?
¡Y como no me iba a gustar! ¡Gente joven! ¡Usted sabe como es! - risas -. Después seguí yendo y voy, hasta ahora.

¿Qué se siente al llegar a los 100 años, que no es algo que logre la mayoría de la gente?
Bueno yo... Usted vio como ando, yo me siento feliz y deseo que algunos salgan así como yo, que se levanten sin bastón, que puedan andar caminando sin problemas y pararse derechito, no encorvados, no señor... yo ando así como me ve - todo lo que relató lo hizo mientras lo decía -.

¿Cuál fue el secreto para que usted, luego de haber trabajado toda su vida, haya podido llegar impecable a esta edad?

El secreto se lo da Dios, la naturaleza de Dios, porque yo no puedo decir que secreto es, porque yo llevo una vida como de antes. Como, duermo, y usted me ve charlando con las personas como siempre y caminando como de antes. Gaucho Gómez a los 100 años caminando sin bastón, como usted, ¿cuántos encuentra así, de mi edad?

Un consejo a los jóvenes de hoy...
Le digo a la gente joven que aprendan a respetar, respetar para que nos respeten, porque el que no respeta no será respetado. Hay que respetar a todas las personas, desde el más humilde al más mayor. Para mí los pobres tienen el mismo valor que los que tiene bastante plata, porque yo, sin una persona humilde no soy nadie. Pero tenemos que ser amigos, los que tenemos más, de los que tienen menos, que
son los que nos sirven a nosotros... para mí tiene un gran valor la gente humilde.

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