EDICIONES ANTERIORES DE "PROPUESTAS"

21 de febrero de 2010

Entrevista con la Prof. Tania González, tras 47 días “dormida” en un CTI

"Volver a hablar fue una experiencia fantástica”

A continuación les voy a presentar una entrevista a una persona de nuestro medio que tarde o temprano iba a aparecer en estas páginas, debido a su vida multifacética y riqueza humana, fruto de sus vivencias en la docencia, los medios de comunicación y la política. La excusa para que finalmente se abriera a este diálogo fue la crisis de salud que tuvo a mediados de 2009, que la llevó a estar “dormida” por 47 días en el CTI de Camcel, en Melo y en total a estar en el sanatorio por 66 días.

Su “trance” sin lugar conmocionó a muchos melenses, que estuvimos día a día pendientes de la continuidad de su vida, que en algún momento fue milagrosa y de su recuperación posterior, que también ha sido bendita.
Una entrevista en estos casos, muchas veces puede invadir en forma innecesaria la intimidad de una persona, por eso y teniendo en cuenta la cercanía y estima que le tengo – por ejemplo como ex alumno – hizo que en un primer momento no manejara la posibilidad de este diálogo, pero ante la sugerencia de su hijo, Augusto y del posterior visto bueno de Tania, es que di el paso.
La entrevista se las presento como casi la más fiel transcripción de la charla que tuvimos, en confianza, a corazón abierto, y espero que su experiencia de vida les sirva a todos nuestros lectores.

¿Desde cuando sos docente?
Me recibí en el año 1991; no pensaba hacer el profesorado de Historia, mi real vocación eran otro tipo de tareas, pero un examen que perdí me hizo dar cuenta que me gustaba trabajar en un liceo. La historia estuvo siempre, siempre tuve facilidad. (…) En lo particular, en historia no me marcó ningún docente, si en otras materias, como Biología, por haber tenido a Carlitos Moreno - que desde hace un buen tiempo somos colegas -, a Ethel Dutra y Teresita Cheroni en Literatura, por ejemplo. Cuando terminé el liceo 1, empecé a trabajar enseguida en él, con Francés, ya que lo había cursado. Arranqué en el Nocturno, teniendo 18 años y con alumnos mayores que yo, pero nunca tuve problemas. Fui entonces estudiando y trabajando hasta que el 27 de diciembre de 1991 me recibí. Desde ahí he trabajado en todos los liceos - liceos 1, 2 y 3, y el Salesiano - y en el Instituto de Formación Docente, donde comencé en 1995, con 'Historia de la Educación'. He ocupado cargos - Subdirectora del Liceo 1 y Directora del Liceo de Noblía - y he dejado de hacerlo, porque a veces cansa y es mucho más lindo el contacto directo con los alumnos, y por eso también tengo tantos años de trabajo.

¿Qué te ha dado la docencia en tantos años?
Alegrías muchísimas, montones y creo que lágrimas casi ninguna, quizás alguna de rabia, algún enojo o algo así. La satisfacción de luego de 24 años encontrarte alumnos que pasaron por tus manos y te encuentran y te dicen “soy nurse”, “soy contador”, o lo que sea, pero es en sí que te digan “me formé y me acuerdo de Usted como profesora”. Te deja también algún reto que otro que le dimos a alguno, pero que con los años nos lo agradecieron... es como con los padres.
¿Junto al trabajo como docente las incursiones en el mundo de la comunicación?
Ha sido realmente mi otra pasión; Yo siempre digo que periodista no soy, no estudié periodismo; si soy comunicadora, como lo hago en las clases siempre y en el contacto con la gente. Se dio porque en el año 1995, organizamos un Congreso Regional de Historia y mis compañeras me designaron para encargarme de la parte de prensa y propaganda. Días después de terminar el mismo, aparece Oscar Iturralde para invitarme a trabajar en su informativo. Mi sorpresa fue mayúscula. Le dije que no servía para eso, pero que si me hacía una prueba veíamos. Llegó el momento y para mi ver una cámara fue como estar frente a una clase, lo mismo y esa tarde me dijo que fuera al informativo. Y esa tarde fue el bautismo más grande que tuve, porque había una sesión especial en la Junta Departamental y Oscar entraba en directo de ahí. Yo no sabía bien como funcionaba eso, pero el informativo salió fabuloso. Así fue que trabajé mucho con él, hasta que arrancó nuevamente en Canal 12 donde me contrataron y seguí trabajando como informativista hasta 1998. Luego dejé un tiempo, volví un tiempo más. Estuve un tiempo en radio Abril, pero no me adapté; no me preguntes por qué pero me sentía como encerrada. Dejé y el año pasado, luego de un tiempo en que la gente de Canal 12 me buscara para hacer algo - y no podía, por los tiempos de la docencia -, surgió una propuesta para volver una vez por semana a la televisión, espacio que llevé adelante hasta fines de junio. En "Depende", tomando como excusa la cercanía de las elecciones internas, busqué mostrar a los candidatos, pero de manera distinta, no sólo lo que pretenden hacer o plantear en lo político, sino lo que son desde lo humano, su historia, anécdotas, etc.

¿Cuando te comenzás a vincular con la política?
Siempre me gustó, desde que era adolescente. Recuerdo cuando estábamos en 4º del liceo, en el '83 y se vuelven a reactivar los gremios de estudiantes. Andaban ahí Nelson Cuadrado, Javier Ledesma, Sergio Botana y ahí empezamos a tratar de andar. Vinieron luego las internas de los partidos y mi padre era colaborador de los Colorados, trabajaba con Eber Da Rosa y yo ya andaba en alguna escapadita por ahí. Después sí, durante mucho tiempo trabajé con Eber, llegué a ser suplente de edil en la Junta y estuve en ella en el periodo 2000 - 2005, como edil colorada. Pero luego el coloradismo de mis ideales dejó de existir, fue cambiando y dejé la política por un tiempo, hasta que por razones de trabajar honorariamente en el circuito histórico de Cerro Largo trabajé con Carlos Lavecchia y Germán Gil, y entonces me comencé a acercar a muchas cosas del Partido Nacional, y a tener muchas vivencias. Entonces, en las elecciones del 2004 ya voté al Partido Nacional, sin militar en él y ya para las últimas se dio la posibilidad de integrar una lista del Partido Nacional - del sector del Esc. Fernando Riet - y veremos. Yo lo que quiero es trabajar por el departamento, para que salga adelante.

¿Cómo llegamos a tu “crisis” de salud de julio pasado?
Me tocó acompañar una excursión de chicos de Melo que iban a Bariloche –entre los que estaba mi hijo Augusto -; salimos el viernes 26 de junio. Estaba todo bien, vale la pena aclarar, para que la gente sepa, que no estaba previamente con ningún tipo de gripe, que estaba completamente sana, que tampoco estaba anoréxica, he sido flaca toda mi vida, nada de eso. En ese mes de junio, viví con un estrés galopante, trabajando, con pruebas, dejando todo organizado, porque hasta el 6 de julio no volvía, entonces, llegaba a veces a mi casa y a veces me tomaba sólo un yogur, me comía un pancho o un chivito, como cualquiera, y al otro día exactamente lo mismo.

¿En esas condiciones te vas a Bariloche?
Sí, el primer día estuvimos en el "Parque de la Costa", donde pasamos sensacional. Llegamos a Bariloche de tarde y de tardecita salimos a pasear. Ya ahí, fuimos a una fábrica de chocolate, y al volver, teníamos que subir dos cuadras en un señor repecho para llegar al hotel. Cuando llegué, me noté cansada, y me dije "menos mal que estoy dejando de fumar", que era cierto. Al otro día me levanté notando que me faltaba un poco el aire, y dije "no puede ser que me haya vuelto asmática". Y bueno, empecé a notar que andaba distinto, consulté al médico y me dijo que era una contractura, lo cual yo había pensado que podía ser, ya que de Melo a Bariloche en ómnibus son muchos kms. Así seguí, pero notaba que era cada vez más y más. Mandé comprar remedios a la farmacia, el médico cero pelota y ahí te juro que no se como llegó el día de venirnos. Hasta ahora no me preguntes como terminé de armar la valija, la cerré, bajé, llegó el ómnibus y subí, lo que era bárbaro, porque lo que más quería era estar en Melo. En Neuquén me quisieron bajar y dijo que no, que hasta que llegara al Uruguay no me bajaba. Y la respiración era cada vez menos y menos, y notaba que estaba con fiebre, porque soy una persona que muy rara vez hago fiebre. Recuerdo la pasada de Paysandú y después cuando llegué a la terminal de acá. Me bajé, le dije al padre de uno de los chiquilines que se hiciera cargo de mi hijo, y a otra conocida le pedí que llamara a mi casa y avisara que yo me iba directo al sanatorio. Me llamaron un taxi, subí, le dije al muchacho que me llevara a Camcel y ahí entré, me acuerdo de mi madre que estaba parada en la puerta de emergencias y de nada más. Y hasta el 22 de agosto no me acuerdo qué pasó.

¿Cuanto tiempo estuviste "dormida"?
Desde el 6 de julio, que fue la internación poco después de las 11 de la noche, hasta el 22 de agosto, que fue cuando me empezaron a "despabilar" digamos. Y en ese intermedio, con todos los estados de gravedad, me entubaron, me hicieron una traqueotomía, estuve hinchada que quedé gordísima, por retención de líquidos, volví a la normalidad y todas las tragedias que quienes estuvieron cerca bien conocen.

¿Y qué pasó ese 22 de agosto?
Me di cuenta que algo me había pasado, porque estaban acompañándome todos los médicos que habían estado en mi proceso, el Dr. Castro me explicó que me había estado por morir y todo eso. No podía hablar, porque estaba aún con el respirador. Tampoco podía escribir, porque por la cantidad de medicamentos que me habían dado me temblaban las manos. Comenzamos a comunicarnos con mamá a través de un alfabeto que me hizo una amiga y del que mamá iba anotando las letras que yo señalaba. De a poquito empecé a comer, a tomar líquidos, me empezaron a sacar de a poco el respirador. Y un día me pusieron la válvula de fonación… ¡que fue el placer más grande!... poder respirar por mi misma y a través de la famosa válvula volver a hablar fue realmente una experiencia fantástica. Es casi tan increíble como el día que decís "soy madre"… ¡porque es el volver a la vida!. Es increíble lo que te pasa cuando volvés a respirar y a hablar, porque en un primer momento me asusté y pensé que no iba a hablar más. Me dijeron que con la válvula me iba a costar pero iba a volver a hablar hasta volver a la normalidad... me colocaron la válvula de fonación… ¡y a los dos minutos empecé a hablar!. Todos se asustaron porque demora entre 24 y 48 horas y yo me largué a hablar enseguida, porque se ve que tenía tantas y tantas ganas – risas -.

¿Hasta cuando estuviste en el sanatorio?
El 1º de setiembre me sacaron del CTI... que es horrible estar ahí, estar consciente en ese lugar, porque te atienden divino y todo, pero estás ahí, con nada más que un ratito de visita de tus familiares y nadie más, y el resto de la gente que te quiere ver no puede. Y ahí pasé a cuidados intermedios, en donde estuve hasta el día antes de mi cumpleaños, el 8 de setiembre, que fue mi cumpleaños en el sanatorio.

¿Con cuantas visitas?
Increíble, llegó un momento en que los pobres porteros no podían más, habría que darles un premio por lo bien que se portaron. La gente del sanatorio... todos, médicos, enfermeras, porteros, cocineras, nutricionistas, a todos el agradecimiento, por la ayuda que les dieron a mis padres, como los acompañaron, a mi misma, fue fantástico. Lo de la gente de Melo fue impresionante, nunca pensé que era tan querida en este pueblo. Te puedo decir que cuando pidieron sangre tuvieron que comenzar a rechazarla, por la cola que se formó en el hospital. Gente de todo tipo de religión que sumó, cadenas de todo tipo, reiki que muchos hacían, toda la gente que venía a lo de mis padres a preguntar... entonces, el agradecimiento que tengo con este pueblo, con este departamento es enorme, por eso quiero ver si es posible que algún día pueda brindarle a este pueblo todo lo que me dio.

Quizás fue en respuesta a lo que ya le has dado...
Se ve que sí, algo uno sembró, porque sino no hubiera cosechado y no me hubieran acompañado en este trance. Y el 10 de setiembre me fui… ¡es que o me daban de alta o me iba como pudiera!. Estuve en la casa de mis padres, aprendiendo a caminar nuevamente, porque se me habían acortado tendones - de los que ahora estoy casi bien -, usé andador, hice fisioterapia - otra gente que se portó excelente -.

¿Cuántos días más demoraste en volver a caminar?
Como 20 días para largar el andador y ahí empecé de a poquito. Me fui adaptando a los tacos nuevamente, porque caminaba mejor de tacos, como soy yo de andar con ellos. Y entonces empecé a caminar, a salir y unos días antes de las primeras elecciones de octubre volví a mi casa. De a poco volviendo a la normalidad, sin poder trabajar aún por lógicamente hacer uso de la licencia correspondiente, pero en marzo ya estaré para arrancar con todo nuevamente.

¿Cómo planificas el 2010, en qué te vas a reenganchar?
En todo, ya estoy comiendo bien, los controles médicos van muy bien; ahora ya reengancho en la política, en febrero algún que otro examen y en marzo en mis clases, en Formación Docente, en el Liceo 1 y en el Salesiano, y vamos a ver si seguimos en la tele... en fin, una mujer hiperactiva es lo que debe hacer - risas -. ¡Lo que han sido estos días de estar quieta ni te imaginás! Ya no sé que más leer, que más mirar en la tele.

¿Qué te dejó pasar por esta experiencia, como cosas a hacer o cambiar?
Aprendí a no vivir a expensas de un reloj, a no planificar tanto, y a levantarme y decir "hoy, hago hoy, mañana, si tengo la oportunidad de levantarme, veo que hago mañana”. Aprendí a aprovechar mejor el tiempo, a hacérmelo para tomar unos mates, y disfrutar ese momento, para comer lo mismo, si decido juntarme con unos amigos, con mi familia o con mi hijo, lo disfruto en serio. Vivir hoy, disfrutar el hoy, hasta de las pequeñas cosas.... y el respirar, que es la bendición más grande que puedas tener.

¿Un consejo para gente que tenga que atravesar situaciones muy complicadas, de las que parece que no van a salir?
Que se sale, es voluntad y ganas de salir adelante, como en cualquier cosa... podemos un día tropezar y nos raspamos las rodillas... y nos lavamos las rodillas, un poquito de agua y jabón y seguimos, seguimos. Siempre hay que levantar la cabeza y saber que hay algo más y que tenemos la fuerza interior de decir yo puedo, yo quiero y puedo llegar, no haciendo mal, haciendo las cosas bien es como se puede llegar.

Para terminar, en esos días de "amnesia", ¿fueron siempre como un profundo sueño o tenés algo que te haya quedado?
No, hay solamente una cosa rara, que es lo primero que me preguntaba todo el mundo, desde médicos a enfermeros, si había visto el famoso "camino", el "túnel" y las luces en el fondo. Nada de eso, solamente tengo una imagen... una tardecita de verano - cuando estaba en pleno invierno - entré en un lugar y había toda una rueda de viejitos de cabeza bien blanca, todos sentados, y entonces, una viejita me miró y me dijo "¿qué hacés aquí?"... eso es lo único, nada más. No sé si era "arriba", "abajo" o donde – risas -, pero esa fue la situación, nada más. Fue la única sensación en ese período, pero no me acuerdo ni de haber sentido dolor, ni que me hablaran ni nada, nada de nada.

El agradecimiento a Tania por la valentía en su relato, el reconocimiento al valor de sus padres, que pasaron por un momento en que nadie quiere estar y hoy la disfrutan más que nunca, y a su hijo, que a los 15 años, afrontó con una madurez y una entereza de adulto un sacudón como pocos. Gracias a ellos y demás familiares y amigos cercanos por dejarnos entrar respetuosamente en su intimidad.

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