El Área de Luis Orlando Guasque: Duelo de ideologías

La final de la copa intercontinental entre éste Estudiantes de La Plata esforzado, disciplinado, Verón - dependiente, con el fin de aguantar hasta que se pueda, y con el Bilardismo metido entrañas adentro, pasando por el corazón y hasta las venas, estuvo a un tris de lograr su objetivo, con la inalienable misión de orden + orden + marca + marca, jugar cuando se pueda y por sobre todo no dejar jugar como premisa.
Pero, pero, pero, estaba la otra cara de la moneda enfrente por esas cosas del fútbol. El fútbol de buen trato de balón, de jugar bien, de respeto por el espectador y por el espectáculo. Estaba el Barcelona de Pep Guardiola. Yo ya me cansé de la pregunta, ¿que es jugar bien al fútbol?, contesto y que no se hagan los distraídos, los generales del banquillo. Está el Barca de Cruyff, Van Gaal, Rijjkard, y ahora de Josep Guardiola, acomodado en zona y se puso a tocar la pelota entendiendo que cada lugar del campo tiene su velocidad y su dificultad. Todos tocan y se ofrecen; el bordado empieza desde atrás, donde hay que asegurar la salida sin riesgos, el medio centro distribuye con sentido común, los medios de los lados pisan la raya de banda y se muestran en diagonal, dos de los centrocampistas son transgresores que inventan “cosas raras” para arriesgar la búsqueda del gol y todos juntos se suman al delantero en la llegada. Es gol o no, perderán o ganarán, pero al final del partido, argentinos, ingleses, brasileños, italianos, españoles, y hasta extraterrestres, coincidirán en algo que es irrefutable, el juicio de todos, es una sola expresión: “ ma-ra-vi-llo-so”. ¿Ah sí? Entonces no me pregunten más que es jugar bien. Es eso.
El buen fútbol existió, existe y existirá, y la materia prima son los buenos jugadores.
Lo recordamos con equipos de distintas épocas; hoy su mejor exponente es éste Barca, que hace que el balón se mueva con alegría, sale de un lado, va hacia atrás, a la otra banda y así tic-tac, tic-tac, hasta su propia área incluida la portería.
Una generación entera tocando con agilidad, criterio y gracia. Es el fútbol en su más alta pureza, que viene de la “cantera” (de las divisiones de base), y pasa como un legado a los profesionales del club. Hasta hacerse realidad con logros de todas las medidas (ganó todo lo que disputó). “Por favor que quede claro”, en la mayor parte de las veces triunfa el fútbol. El instinto del jugador, cada día más manchado por las cruces y las flechas que los entrenadores trazamos en pizarras caóticas.
Sobreviven tipos a los que les sobra talento y personalidad, como Iniesta, Xavi, Messi, Kaká, Ronaldinho, Gerard, Forlán, Drogba, Cristiano Ronaldo, en los primeros lugares. Es que el orden tiene la vocación de prohibir y poco a poco ira borrando a los subversivos que se atrevan a imaginarse cosas que no estaban previamente dibujadas. El segundo damnificado es Ud., el espectador, si es que le gusta el buen fútbol. ¿y si es así? ¿por qué no se enoja de una buena vez?.
Yo agradezco este buen momento del Barcelona, pues me devolvió las ganas de ver fútbol, de estar en el fútbol, de disfrutar el fútbol. Así que hoy vuelvo. Gracias ciudad condal por devolverme la felicidad perdida. Feliz año nuevo, a todo placer futbolístico.