Por el Prof. Marcos Hernández Desplast
En alguna oportunidad escuché que el concepto de “interior profundo” se aplica a localidades como Fraile Muerto y Tupambaé, por citar un par de casos, hecho que considero lógico, debido a que, entre otras cosas, en estas localidades escasean los servicios, los recursos y las oportunidades. Pero a su vez existe un interior más profundo aún, continuamente postergado, como lo es nuestra campaña y sus pequeñas poblaciones, carentes en muchos casos de casi todos los servicios básicos.
Este espacio gentilmente brindado por el director de “Propuestas”, a alguien que conoce bastante bien la realidad, tanto de los pueblos como de la campaña, tendrá como finalidad principal la de compartir con los lectores, reflexiones, críticas y noticias, vinculadas al denominado “interior profundo”, no solo de nuestro departamento, sino también de la región.
Precisamente el tema escogido para inaugurar este espacio, es de suma importancia para el “interior profundo”, pues se trata ni más ni menos, que de “la autonomía de los pueblos”:
Al momento de escribir este artículo, acaba de aprobarse en el Parlamento la discutida Ley de Descentralización Política y Participación Ciudadana, que permitirá que paulatinamente, las pequeñas ciudades, villas y pueblos de nuestro país, convertidas en municipios, pasarán a contar con un gobierno local, que será autónomo y electo por sus habitantes. Estos gobiernos serán desarrollados por un Alcalde y cuatro concejales.
Si bien, de acuerdo a expresiones de muchos legisladores, esta ley presenta determinadas imperfecciones, por llamarlo de alguna manera, su aprobación no deja de ser una muy buena noticia para los habitantes de localidades como Fraile Muerto, pues con esta nueva implementación, se sustituirá la figura del Secretario, persona de confianza del Intendente, por la del Alcalde, vecino de la localidad, que será electo por la población, entre seguramente, una variada gama de candidatos de todos los partidos políticos.
Tan importante como la figura del Alcalde, será la de los concejales, que la vez de apoyar su tarea al frente del municipio, también ejercerán una especie de control sobre la misma.
Del sentido común se desprende, que tanto alcaldes como concejales, serán personas que conozcan a la perfección la realidad de sus comunidades, y que como actores políticos y sociales, estén ampliamente comprometidos con las mismas.
Si bien, y como es lógico, la autonomía no será total con respecto a los gobiernos departamentales, el Alcalde y sus concejales podrán decidir sobre muchos aspectos referentes a la administración del Municipio, y contarán con recursos para ejecutar obras y brindar servicios a la comunidad.
En definitiva, el 9 de mayo, los habitantes de algunos pueblos del muchas veces postergado interior profundo, finalmente podremos elegir directamente quien administre nuestras localidades. Luego podrá determinarse si la experiencia es positiva o no, pero eso es harina de otro costal.
Resta esperar que alcaldes y concejales, priorizando la confianza que les brinden sus vecinos, antepongan a ambiciones personales y políticas, el bien de la comunidad.
En alguna oportunidad escuché que el concepto de “interior profundo” se aplica a localidades como Fraile Muerto y Tupambaé, por citar un par de casos, hecho que considero lógico, debido a que, entre otras cosas, en estas localidades escasean los servicios, los recursos y las oportunidades. Pero a su vez existe un interior más profundo aún, continuamente postergado, como lo es nuestra campaña y sus pequeñas poblaciones, carentes en muchos casos de casi todos los servicios básicos.
Este espacio gentilmente brindado por el director de “Propuestas”, a alguien que conoce bastante bien la realidad, tanto de los pueblos como de la campaña, tendrá como finalidad principal la de compartir con los lectores, reflexiones, críticas y noticias, vinculadas al denominado “interior profundo”, no solo de nuestro departamento, sino también de la región.
Precisamente el tema escogido para inaugurar este espacio, es de suma importancia para el “interior profundo”, pues se trata ni más ni menos, que de “la autonomía de los pueblos”:
Al momento de escribir este artículo, acaba de aprobarse en el Parlamento la discutida Ley de Descentralización Política y Participación Ciudadana, que permitirá que paulatinamente, las pequeñas ciudades, villas y pueblos de nuestro país, convertidas en municipios, pasarán a contar con un gobierno local, que será autónomo y electo por sus habitantes. Estos gobiernos serán desarrollados por un Alcalde y cuatro concejales.
Si bien, de acuerdo a expresiones de muchos legisladores, esta ley presenta determinadas imperfecciones, por llamarlo de alguna manera, su aprobación no deja de ser una muy buena noticia para los habitantes de localidades como Fraile Muerto, pues con esta nueva implementación, se sustituirá la figura del Secretario, persona de confianza del Intendente, por la del Alcalde, vecino de la localidad, que será electo por la población, entre seguramente, una variada gama de candidatos de todos los partidos políticos.
Tan importante como la figura del Alcalde, será la de los concejales, que la vez de apoyar su tarea al frente del municipio, también ejercerán una especie de control sobre la misma.
Del sentido común se desprende, que tanto alcaldes como concejales, serán personas que conozcan a la perfección la realidad de sus comunidades, y que como actores políticos y sociales, estén ampliamente comprometidos con las mismas.
Si bien, y como es lógico, la autonomía no será total con respecto a los gobiernos departamentales, el Alcalde y sus concejales podrán decidir sobre muchos aspectos referentes a la administración del Municipio, y contarán con recursos para ejecutar obras y brindar servicios a la comunidad.
En definitiva, el 9 de mayo, los habitantes de algunos pueblos del muchas veces postergado interior profundo, finalmente podremos elegir directamente quien administre nuestras localidades. Luego podrá determinarse si la experiencia es positiva o no, pero eso es harina de otro costal.
Resta esperar que alcaldes y concejales, priorizando la confianza que les brinden sus vecinos, antepongan a ambiciones personales y políticas, el bien de la comunidad.
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